Seguro que alguna vez has leído etiquetas con palabras como probióticos, prebióticos, simbióticos o postbióticos, y te has quedado igual. Todos suenan parecidos, todos están relacionados con la salud intestinal… pero, ¿realmente sabes qué significa cada uno? ¿Y en qué se diferencian?
En este post te ayudamos a entender, de forma sencilla y clara, las diferencias entre prebióticos, probióticos y postbióticos, para que sepas exactamente lo que estás comprando y lo que tu cuerpo necesita.
Una familia con un mismo apellido: “-bióticos”
La clave está en el sufijo que comparten: -biótico, que viene del griego biōtikós y significa “relativo a la vida”. A partir de ahí, cada prefijo marca la diferencia:
- Pro-biótico: a favor de la vida
- Pre-biótico: antes de la vida
- Post-biótico: después de la vida
- Sim-biótico: vida en conjunto
¿Y a qué vida se refieren? A la de los microorganismos beneficiosos que habitan en nuestro intestino y forman parte de la microbiota, esa comunidad que influye en nuestra digestión, en nuestras defensas e incluso en nuestro estado de ánimo.
¿Qué son los prebióticos?
Imagina que tu microbiota es un jardín lleno de bacterias buenas. Los prebióticos son el abono que necesitan para crecer fuertes y saludables.
Son fibras vegetales no digeribles que llegan intactas al colon y sirven de alimento a los microorganismos beneficiosos. No nos nutren a nosotros directamente, sino a ellos.
Algunos de los más comunes son:
- FOS e inulina (derivados de la fructosa)
- GOS (derivados de la galactosa)
- MOS, lactulosa, lactitol...
Están presentes de forma natural en alimentos como el ajo, la cebolla, el plátano, los espárragos o la avena. Incluirlos en tu dieta ayuda a mantener el equilibrio de tu microbiota intestinal.
¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son directamente los protagonistas de esta historia: microorganismos vivos que, cuando se consumen en cantidades adecuadas, aportan beneficios a nuestra salud.
No todos los microorganismos lo son. Solo determinadas especies y cepas, como lactobacilos y bifidobacterias, han demostrado científicamente su capacidad para:
- Restablecer el equilibrio de la microbiota en casos de disbiosis
- Mejorar la digestión, especialmente en personas con intolerancia a la lactosa
- Prevenir infecciones vaginales de repetición
- Fortalecer el sistema inmune
- Regular el eje intestino-cerebro (afectando incluso a nuestro estado emocional)
- Apoyar el metabolismo hormonal
Hoy en día, puedes encontrarlos en alimentos fermentados, yogures no pasteurizados, suplementos en cápsulas, en polvo o —como en nuestro caso— en formato líquido y ecológico, que garantiza que los probióticos lleguen vivos a su destino.
¿Qué son los simbióticos?
Cuando combinamos un probiótico (bacterias buenas) con un prebiótico (su alimento), obtenemos un simbiótico. La clave es que no solo los mezclamos: su efecto combinado debe ser mayor que el de cada uno por separado.
Es una relación sinérgica: los prebióticos alimentan a los probióticos que ingerimos, ayudando a que sobrevivan mejor y se integren con más eficacia en nuestra microbiota.
Muchos productos en el mercado dicen ser simbióticos, pero para que realmente lo sean, este efecto sinérgico debe estar científicamente demostrado.
¿Qué son los postbióticos?
Aquí es donde empieza a sonar a ciencia ficción... pero no lo es.
Los postbióticos son los compuestos bioactivos que generan los probióticos durante el proceso de fermentación. Es decir, no son microorganismos vivos, sino el resultado de su actividad: vitaminas, enzimas, ácidos grasos como el butirato, fracciones celulares, metabolitos... incluso microorganismos ya inactivos.
Lo interesante es que también aportan beneficios a nuestra salud, y con algunas ventajas añadidas:
- Mayor estabilidad y vida útil
- Seguridad frente a infecciones oportunistas
- Resistencia a condiciones digestivas difíciles
En el caso de los probióticos líquidos de EMLIFE, durante su fermentación las bacterias liberan moléculas antioxidantes como vitaminas, minerales, ácidos grasos de cadena corta y aminoácidos. Todos estos compuestos tienen la capacidad de integrarse en nuestras rutas metabólicas y ayudar a restablecer el equilibrio del sistema digestivo.
Por eso, nuestros productos no solo contienen microorganismos vivos beneficiosos, sino también los postbióticos naturales que estos generan de forma activa.
Los postbióticos ya son un componente clave en el futuro de la salud intestinal. Y ese futuro… ya empieza aquí.
Entonces… ¿cuál necesito?
Depende de tu situación:
- ¿Quieres reforzar tu salud digestiva de forma general? → Probióticos
- ¿Quieres alimentar a tu microbiota de forma natural? → Prebióticos
- ¿Quieres ambos efectos combinados? → Simbióticos
- ¿Quieres un extra de beneficios generados por la actividad de bacterias vivas? → Postbióticos
Y si buscas un suplemento que contenga probióticos vivos, ecológicos, activos y con postbióticos naturales gracias a la fermentación... ¡ya sabes dónde estamos!
Conocer las diferencias entre prebióticos, probióticos, simbióticos y postbióticos no es solo cuestión de cultura general. Es una forma de tomar decisiones informadas sobre tu salud.
En EMLIFE creemos en la fuerza de los probióticos líquidos vivos y activos, no solo porque aportan microorganismos beneficiosos, sino también por la riqueza de postbióticos que liberan durante la fermentación.
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Bibliografía:
Probioticos en los alimentos. Propiedades saludables y nutricionales y directrices para la evaluación. 2006. Nutrition Division. FAO/WHO. ISBN 92-5-305513-8.
Homayouni , A. Postbiotics as novel health-promoting ingredients in functional foods. 2020. Health Promot Perspect. 10(1): 3-4. doi: 10.15171/hpp.2020.02.