Probióticos y candidiasis: cómo puede ayudarte tu microbiota a prevenir y combatir esta infección

Probióticos y candidiasis: cómo puede ayudarte tu microbiota a prevenir y combatir esta infección

La candidiasis es una infección tan común como incómoda. Provocada por el crecimiento excesivo de un hongo llamado Candida albicans, puede aparecer en diferentes zonas del cuerpo, aunque las más habituales son la boca, el intestino y la zona íntima femenina. Pero ¿sabías que el equilibrio de tu microbiota puede ser una de las claves para prevenirla o mantenerla a raya? En este artículo te explicamos qué relación existe entre los probióticos y la candidiasis, y por qué cada vez más estudios apuntan a que ciertas cepas probióticas pueden ayudarte a combatirla de forma natural.

¿Qué es exactamente la candidiasis?

La Candida albicans forma parte de nuestro ecosistema microbiano natural. Vive en armonía en nuestra piel, cavidad oral, tracto digestivo y vaginal. El problema aparece cuando este equilibrio se rompe —por un tratamiento antibiótico, un bajón de defensas, estrés crónico o desequilibrios hormonales— y el hongo comienza a multiplicarse en exceso. Es entonces cuando aparece la temida candidiasis.

Los síntomas dependen de la localización, pero en el caso de la candidiasis vaginal, los más comunes son picor, escozor, enrojecimiento, flujo blanco espeso y molestias al orinar o durante las relaciones sexuales. En la boca puede manifestarse como placas blanquecinas, mientras que en el intestino puede provocar hinchazón, gases y alteraciones del tránsito.

La microbiota: tu primera defensa frente a Candida

Para entender cómo actúan los probióticos contra la candidiasis, primero debemos hablar de la microbiota: ese conjunto de microorganismos que habita en nuestro cuerpo y que cumple funciones esenciales para la salud. Una microbiota vaginal equilibrada, por ejemplo, está dominada por bacterias del género Lactobacillus, que ayudan a mantener un pH ácido, impidiendo que Candida prospere.

Lo mismo ocurre en el intestino. Una microbiota intestinal sana no solo favorece la digestión y la absorción de nutrientes, sino que actúa como una barrera física y química frente a microorganismos oportunistas como la Candida albicans.

Cuando este ecosistema se altera —por ejemplo, tras un ciclo de antibióticos— los Lactobacillus desaparecen y Candida encuentra el entorno perfecto para crecer sin freno.

Probióticos y candidiasis: ¿cuál es la evidencia?

Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, ejercen efectos beneficiosos sobre la salud. En el caso de la candidiasis, los más estudiados son los del género Lactobacillus, en especial:

  • Lactobacillus rhamnosus GR-1
  • Lactobacillus reuteri RC-14
  • Lactobacillus plantarum
  • Lactobacillus acidophilus

Estos probióticos han demostrado, en distintos ensayos clínicos, su capacidad para:

  • Recolonizar la mucosa vaginal o intestinal
  • Bajar el pH local, generando un entorno ácido que inhibe a Candida
  • Producir sustancias antimicrobianas naturales
  • Competir por los nutrientes y espacio con Candida albicans

Estudios que lo avalan:

  • Reid G. et al., 2003 demostraron que el uso combinado de L. rhamnosus GR-1 y L. reuteri RC-14 redujo significativamente la colonización por Candida en mujeres con antecedentes de candidiasis recurrente (J Infect Dis).
  • Falagas ME et al., 2006, en una revisión sistemática, concluyeron que los probióticos pueden ser eficaces en la prevención de episodios recurrentes de candidiasis vulvovaginal (J Antimicrob Chemother).

Esto abre la puerta a un enfoque complementario: usar probióticos específicos como apoyo para restablecer el equilibrio natural de la microbiota y prevenir futuras infecciones.

Probióticos líquidos: una nueva vía más eficaz

Aunque los probióticos tradicionales en cápsulas o sobres han sido ampliamente estudiados, los probióticos líquidos están despertando cada vez más interés por su eficacia y biodisponibilidad.

En lugar de estar deshidratados o liofilizados, los probióticos líquidos se presentan en estado vivo y activo, lo que mejora notablemente su supervivencia y capacidad de colonización. Además, durante el proceso de fermentación, estos probióticos liberan postbióticos —vitaminas, minerales, enzimas y antioxidantes— que potencian su efecto beneficioso en el organismo.

Este tipo de probióticos líquidos multicepa también actúa de forma sistémica, es decir, refuerzan no solo la microbiota intestinal, sino también la vaginal e inmunitaria, creando un entorno mucho más resistente frente a desequilibrios como la candidiasis.

Candidiasis recurrente: ¿por qué vuelve y cómo ayudar a prevenirla?

Muchas mujeres experimentan candidiasis de forma recurrente. En estos casos, la raíz del problema suele estar en una disbiosis persistente: la microbiota no logra recuperar su equilibrio, y Candida sigue encontrando su oportunidad.

Aquí es donde una estrategia de mantenimiento con probióticos específicos para la candidiasis puede marcar la diferencia. No como un tratamiento único, sino como parte de un enfoque más global que incluya:

  • Alimentación baja en azúcares refinados (alimento de Candida)
  • Control del estrés
  • Uso consciente de antibióticos
  • Higiene íntima no agresiva
  • Refuerzo periódico con probióticos adaptados

Y en esta estrategia, algunos probióticos líquidos, vivos y multicepa están siendo cada vez más utilizados por personas que desean reforzar su salud íntima de forma natural y continuada.

¿Qué papel puede tener un probiótico como GO en esta ecuación?

GO Probiotics ECO es un probiótico líquido ecológico, multicepa y activo que ha sido formulado para fortalecer la microbiota y apoyar el sistema inmunológico. Su enfoque integral sobre el equilibrio de la microbiota y su formulación basada en cepas lácticas vivas lo convierten en una opción a tener en cuenta dentro de una estrategia preventiva frente a desequilibrios como la candidiasis.

Su formato líquido facilita la asimilación y permite que las bacterias lleguen activas al intestino, sin pasar por procesos de deshidratación que puedan comprometer su viabilidad. A medio plazo, esta acción equilibrante puede tener efectos positivos no solo a nivel digestivo, sino también en la salud vaginal, especialmente cuando existe una relación directa entre microbiota intestinal e infecciones íntimas recurrentes.

Conclusión: tu salud íntima también empieza en tu microbiota

Cuidar de tu microbiota es cuidar de ti. La ciencia sigue avanzando, pero ya hay suficiente evidencia para afirmar que ciertos probióticos pueden ser grandes aliados frente a la candidiasis, especialmente en casos recurrentes o cuando buscamos prevenir desequilibrios sin recurrir constantemente a tratamientos agresivos.

Optar por probióticos con cepas adecuadas, activos y con buena biodisponibilidad puede ayudarte a mantener ese delicado equilibrio que tu cuerpo necesita. Porque cuando tus bacterias amigas están bien, tú también lo estás.

 

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